La perlita es un mineral volcánico silíceo que, en su estado natural, contiene agua atrapada en su estructura interna; al someterse a altas temperaturas (>900°C) se ejerce una presión de vapor tal que expande y blanquea al mineral aumentando entre 20 y 30 veces su volumen. De esta forma, la perlita expandida contiene alvéolos de aire que explican su baja densidad (normalmente entre 50 y 150 Kg/m3) y sus propiedades como aislante térmico.
Es importante mencionar que la conductividad térmica es una propiedad que mide la capacidad de un material para transferir la energía cinética de sus moléculas a otras adyacentes o a sustancias con las que está en contacto: cuanto menor sea la conductividad de un producto, el material será más aislante [1].
Este concepto es importante al momento de diseñar un mortero aislante, pues se debe tener claridad completa del valor de aislamiento térmico que se desea lograr. En general, cuanto más ligero y grueso es el producto aplicado, mayor es el valor de aislamiento a lograr. Pero al tiempo, se debe tener en cuenta que el material comienza a volverse muy blando y de poca resistencia mecánica a la compresión cuando su densidad se encuentra entre 200 y 400 kg/m3. En este caso, la superficie suele ser débil y necesita una capa final especial con un refuerzo de algún tipo.
En general, el mercado presenta alternativas de perlitas expandidas en diferentes granulometrías y densidades que se ajustan a las necesidades de las diversas aplicaciones; el uso en Suramérica se ha centrado en morteros de aislamiento térmico, estucos base yeso aplicables con máquinas de proyección, revestimientos corta fuego o con propiedades ignífugas, y placas livianas de fibrocemento. Te invitamos a contactarnos para obtener más información sobre este y otros productos de nuestro portafolio para construcción.
[1] Fuente: Conductividad térmica – wikiversidad. (2020, 18 agosto). Wikiversidad. https://es.wikiversity.org/wiki/Conductividad_t%C3%A9rmica